Si supiera escribir…,
si supiera,
rompería el silencio blanco de mis hojas
con miles de palabras de amor
que he guardado para ti.
Mezclaría, con mi tinta,
toda la luz que emanan tus ojos,
reflejos de aguamarina.
Si supiera,
contaría que la vida pasa fugaz para todos;
que perdemos demasiado tiempo en ignorarnos,
que siempre hay que luchar y no sentirse roto.
Mostraría la mejor fotografía del mundo
en cuatro líneas. O quizá en mil.
Pero siempre, en alguna frase,
aparecería la palabra amistad.
Si supiera,
lanzaría un mar de cuartillas al viento
atestadas de libertad;
haría evanescente el más sólido de tus problemas;
borraría cualquier lunes brumoso
con páginas y páginas de aliento.
Describiría a la gente que resiste, impávida,
los avatares del destino;
sin olvidar los que se quedan atrás, en el camino.
Diría que no hay ópalo, ni diamante, ni zafiro
más bello que un poema colmado de pasión.
Ni sensación más grata que un niño
leyendo, entusiasmado, su primer cuento.
Si supiera escribir…,
volcaría mi alma sobre este papel vacío.
Haría de tus sueños
una historia con final feliz;
un drama de cualquier transeúnte;
de nuestros miedos, un relato de terror;
cogería la risa y el humor
de cómicas anécdotas que he escuchado.
¿Y los versos? Los versos emergerían
de mis emociones, de la ternura,
de los sentimientos más profundos
que todos guardamos dentro.
Debo intentarlo;
sembrar de letras este campo baldío.
Si supiera escribir…,
¡ay si supiera!.
© Ceferino Otálora (Mos)
